martes, 17 de marzo de 2015

La crisis de valores, la familia y la sociedad cubana actual. Reflexiones necesarias.

En el artículo "La crisis de valores, la familia y la sociedad cubana actual. Reflexiones necesarias", el cual aparecerá en el No. 44 de nuestra RCCS, Anais Ángela Chapelli Méndez aborda la temática de los valores en el contexto familiar, y en la sociedad cubana actual. En él se reconoce las interacciones que de manera natural tienen lugar entre esta institución social  y el contexto histórico-social, así de cómo los cambios suscitados en ellos influyen en el proceso de construcción y formación en valores.  Las reflexiones potencian la educación padres a hijos como una relación esencial en el crecimiento de las nuevas generaciones.

A continuación les ofrecemos un fragmento de la introducción del trabajo:

"Abordar el tema de los valores y la institución familiar es una tarea que resulta bien compleja, aun cuando dicho abordaje sea desde lo teórico, desde lo ideocosmovisivo. Sin embargo, es esta una necesidad ineludible. Los valores son nuestra esencia, nos hacen específicamente humanos. La crisis axiológica que atraviesa el mundo y de la cual no está exento nuestro contexto social, amenaza seriamente a la humanidad. El hecho de que el hombre ponga en peligro su propia existencia, es el más claro indicador de la agudeza de esta crisis, y comprenderla en su sentido más profundo es un requisito imprescindible para su superación. 

Los valores morales perfeccionan al hombre en lo más íntimo, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona. Estos surgen en el individuo por influjo de la familia como por ejemplo: el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, laboriosidad y la responsabilidad. Para que se dé esta transmisión de valores es de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en su vida, padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es indispensable el modelo y ejemplo que todos muestren al niño.  De este modo la familia contribuye en gran medida a formar personas valiosas con valores morales que ayudarán a insertarnos eficaz y fecundamente en la vida social. Vemos que los primeros valores o virtudes, como les decían los pedagogos en otras épocas, se forman en el seno familiar: perduran durante toda la existencia del hombre porque la madre y el padre los transmiten de forma intencionada a los hijos, entre ellos están la honradez, la honestidad, la sinceridad, el amor por los maestros, los abuelos, la Patria y la naturaleza, entre los más conocidos. Los valores orientan en la vida, hacen comprender y estimar a los demás, pero también se relacionan con imagen que vamos construyendo de nosotros mismos y se relacionan con el sentimiento sobre nuestra competencia social. La familia a la que pertenece el individuo es el determinante más esencial de su conducta y las diversas normas que lo guiarán a través de la vida son establecidas en el hogar y sigue siendo vehículo privilegiado en la transmisión de valores. La familia es el primer grupo humano con el que se relaciona el hombre desde su nacimiento, siendo ella un poderoso agente formador de la personalidad que influye decisivamente en la salud de los individuos. Es en la familia donde primeramente se aprenden los modos de conducirse los sujetos en la sociedad, pues en ella se transmiten un conjunto de características y pautas de comportamiento de innegable significación en la configuración futura de sus miembros. (...)".






      

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