miércoles, 13 de enero de 2016

Notas sobre sociedad civil y relaciones políticas en Cuba

En el Nº 45 de nuestra revista podrá encontrar el artículo «Notas sobre sociedad civil y relaciones políticas en Cuba», de la doctora Olga Fernández Río, investigadora del Instituto de Filosofía y subdirectora de la revista Marx Ahora. A continuación les dejamos el resumen y la primera parte de este trabajo.

Resumen:



El Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), celebrado en abril de 2011, ratificó la estrategia socialista e introdujo las bases de un nuevo modelo de desarrollo económico y social que rechaza las estructuras y prácticas centralizadoras propias del "socialismo real". Las políticas que se implementan producen cambios en la estructura socioclasista, e incluyen el necesario perfeccionamiento de las instituciones políticas y la revitalización de la participación popular para garantizar la permanente renovación de la hegemonía socialista. En ese contexto la autora analiza importantes factores sobre los vínculos entre sociedad civil y relaciones políticas en la transición socialista cubana.

Introducción

Por varias razones desde hace años el tema de la sociedad civil ha cobrado mayor actualidad en medios académicos y políticos, en Cuba y en otros países. Se trata de un concepto con una larga historia: nace en el contexto de la Ilustración y la crítica a la estatalidad propia del feudalismo y se vincula con la construcción de nuevas relaciones sociales en el marco del avance del capitalismo. Marx lo tuvo en cuenta en el desarrollo de la concepción materialista de la historia en la que se fundamentan importantes elementos sobre el tema, que van más allá de analizar las contradicciones entre la esfera de la vida política y la esfera de la vida social, al profundizar en la génesis del Estado y de la sociedad civil, lo que puso sobre el tapete el problema de las interrelaciones entre ambos en una sociedad de carácter socialista[1].
Para analizar el tema de la sociedad civil en Cuba debe tenerse en cuenta el enriquecimiento y las transformaciones de la vida económica y social durante el proceso de transición socialista y, en particular, en los cambios de las relaciones de propiedad que acompañan la actualización del modelo de desarrollo económico y social a partir del VI Congreso del PCC celebrado en abril de 2011. En este nuevo contexto la sociedad civil cubana se ha enriquecido y diversificado en lo que ha influido con mucho peso la ampliación de formas de propiedad social que complementan la propiedad estatal sobre los principales medios de producción.
Al mismo tiempo, es ineludible el enfrentamiento al reduccionismo y a la tergiversación que adquirió el concepto sociedad civil en documentos y panfletos que, desde los años 80, sucesivos gobiernos norteamericanos han generado en su obstinado enfrentamiento a la Revolución Cubana. Como botón de muestra basta mencionar los reaccionarios informes Santa Fe, especialmente Santa Fe II[2], y la no menos reaccionaria posición sobre la que se fundamentó el llamado segundo carril de la Ley Torricelli, que reforzó el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba, a la vez que se apostó al logro de una mayor influencia norteamericana en sectores de la sociedad civil cubana, y de manera especial en la intelectualidad artístico-literaria y académica.
La carga ideopolítica que hoy se le da al tema de la sociedad civil en Cuba por quienes pretenden utilizarlo para subvertir la revolución cubana, hace deliberado uso de una concepción estrecha y obsoleta del concepto: concebir Estado y sociedad civil como esferas separadas, el primero como ámbito de la política, y la segunda como antítesis de la sociedad política, cuando en la realidad son esferas interconectadas y eso lo saben muy bien los enemigos de la revolución cubana, como saben que penetrando la sociedad civil en Cuba, penetran el mundo de la política y sus sustentos sociales, de ahí el reiterado empeño para fabricar organizaciones contrarrevolucionarias y presentarlas como parte de la sociedad civil cubana, lo que no es más que una falsa legitimación.
De igual forma son conscientes de que la sociedad civil cubana desde hace más de 20 años sigue una tendencia a ser más heterogénea, ya que los cambios en la economía amplían los actores económicos que generan nuevas relaciones internas en la sociedad civil y entre ésta con el Estado. Y están conscientes de que aun así, es en la sociedad civil donde se expresa con fuerza el decisivo consenso político a favor del socialismo por ser el área de la legitimación del Estado y del Partido y de realización de las dimensiones ideológica y cultural del consenso[3].


[1]Véase Acanda, 2006; Fernández Ríos, 2000:4-5; Limia, 2000: 36-48.
[2]Los documentos Santa Fe promovidos por la CIA, se concibieron para orientar ideológicamente la política de los Estados Unidos hacia América Latina. El Informe Santa Fe de mayo de 1980 fue elaborado por encargo del Consejo para la Seguridad Interamericana con una serie de recomendaciones a Ronald Reagan sobre la política a seguir con relación a América Latina, entre las que se encuentran el desmantelamiento de la Revolución Cubana. Años más tarde con el título "Una estrategia para América Latina en los 90", Santa Fe II diseñó las recomendaciones para la política del gobierno George Bush en varios países de América Latina. En el caso de Cuba una de las propuestas expresa la confianza en la oposición interna alimentada por Radio Martí de ahí que "el régimen se encontrará cada vez más a la defensiva". Los planes para desmantelar procesos revolucionarios en nuestro continente de nuevo se pusieron de manifiesto en Santa Fe IV, esta vez especialmente orientado contra el gobierno de Hugo Chávez en la República Bolivariana de Venezuela.
[3] Véase Fernández Ríos, 2013.

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